martes, 12 de enero de 2010

TRANSPARENCIA..............



Desde la fuente de nuestras recientes experiencias con gobiernos autoritarios y corruptos; es más que pertinente afirmar que, en contraposición, tanto la ética como la transparencia fortalecen y consolidan la democracia. El pueblo exige de sus líderes que todos sus actos sean transparentes y tengan sustento ético. De ahí se desprende que los dictadores y tiranos aborrezcan la ética y la transparencia: No les conviene, es un obstáculo para lograr sus oscuros objetivos de dominación, aplastamiento y destrucción de la reserva moral de un estado. Dicho de otra forma, la democracia es consustancial con estos dos valores (ética y transparencia) y, consecuentemente, se complementa con gobernantes que sean éticos y transparentes.

Pero, ¿qué implica el ser “transparente”?, en el caso de la administración pública, se trata de un modo de ser por parte de ella, un objetivo a alcanzar con diferentes medios, entre los principales son:

- El derecho de acceso a la información;
- La participación en el los procesos estatales.
- Poder identificar nominativamente a los funcionarios en contacto con el público; etc.

Por esta razón, y en contraposición a lo ya dicho, la corrupción, la mafia, los sobornos, los crímenes financieros, el abuso de la autoridad y el ocultamiento de información de interés nacional inducen al mal manejo de los recursos públicos, al desequilibrio fiscal, a la inflación y a la devaluación. Resumiendo, estaríamos al frente de una administración nefasta que pone al borde del precipicio al Estado-Nación, con todas las consecuencias económicas y sociales irreparables para los más pobres, que son siempre los más afectados por la falta de ética, transparencia y la corrupción que exista.

Estos males, generalmente, son disminuidos por los gobiernos autoritarios por medio de programas sociales de corte populista, con la finalidad de maquillar la realidad y calmar (hacer que se olvide de sus males, contentarlo) temporalmente, al pueblo. De esta manera, mediante programas de comunicación y operaciones sicosociales (no es necesario citar ejemplos, muchos de los personajes asociados a estos programas y operaciones quedarán en la memoria del pueblo como ejemplo de lo que no debemos volver a aceptar como sociedad civilizada que aspiramos algún día a ser), se crea una imagen aparentemente diáfana y favorable, la que, en verdad, no concuerda con la entraña mafiosa y corrupta del régimen autocrático, ni con los fines de enriquecimiento personal o de grupo de quienes detentan y usufructúan el poder.

Características como las mencionadas en los párrafos precedentes, hacen que los gobiernos corruptos sean fuertes mientras tienen el pleno y absoluto control de la cosa pública, que incluye, obviamente, el respaldo incondicional de las fuerzas del orden. Al distorsionar, desconocer o ignorar la voluntad popular y empujar a los soldados y policías (quienes –desde un punto de vista extensivo- también son pueblo) contra el pueblo (“pueblo vs. pueblo”), se descubren como los verdaderos gobiernos tiránicos y dictatoriales que son.
¿Están hablando del gobierno de Kristi? o me pareció?

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